sábado, 11 de junio de 2016

Historias Pioneras

I.                    Salida a la luz del Libro de Mormón. (Misioneros )
¿Cómo salio a luz El Libro de Mormón?
El angel Moroni se apareció a José Smith en Septiembre de 1823 y le dijo que había un libro antiguo, escrito sobre planchas de oro, depositado en un cerro no muy lejos de su casa. José Smith fué al cerro, donde el angel le instruyo en cuanto al evento de la venida del Libro de Mormón y el establecimiento del reino del Señor en los últimos días. José Smith tradujo el Libro de Mormón por el don y poder de Dios y lo publicó en 1830. José 1830.
  
¿Cómo fue traducido El Libro de Mormón?
La mayoría del Libro de Mormón fue escrito en egipcio reformado, un lenguaje familiar a los últimos escritores del libro. José Smith lo tradujo por el poder y don de Dios. Usó un instrumento que acompañaba a las planchas llamado el Urim y Tumin (vea Exodo 28:30), para ayudarle en la traducción. Le dictó la traducción a un escribiente.
  
¿Quiénes más vieron las planchas?
Después que terminó la traducción del Libro de Mormón, el angel Moroni mostró las planchas a tres hombres: Oliverio Cowdery, David Withmer y Martin Harris. Ellos testificaron, "Declaramos con palabras de sobriedad, que un angel de Dios bajó del cielo, y nos trajo y mostró ante nuestros ojos las planchas, y los grabados sobre ellas" (Vea "El Testimonio de Tres Testigos" en el Libro de Mormón). José Smith tambien mostró las planchas a ocho hombres adicionales, los cuales dieron un testimonio parecido.


EL TESTIMONIO DE TRES TESTIGOS

CONSTE a todas las naciones , tribus, lenguas y pueblos, aquienes llegare esta obra, que nosotros, por la gracia de Dios el Padre, y de nuestro Señor Jesucristo, hemos visto las planchas que contienen esta relación, la cual es una historia del pueblo de Nefi, y tambien de los lamanitas, sus hermanos, y tambien del pueblo de Jared, que vino de la torre de la que se ha hablado. Y tambien sabemos que han sido traducidas por el don y poder de Dios, porque así su voz nos lo declaró; por tanto, sabemos con certeza que la obra es verdadera.
También testificamos haber visto los grabados sobre las planchas; y se nos ha mostrado por el poder de Dios y no por el de ningún hombre. Y declaramos con palabras solemnes que un ángel de Dios bajó del cielo, y que trajo las planchas y las puso ante nuestros ojos, de manera que las vimos y las contemplamos, así como los grabados que las contenian; y sabemos que es por la gracia de Dios el Padre, y de nuestro Señor Jesucristo, que vimos y testificamos que éstas cosas son verdaderas. Y es maravilloso a nuestra vista. Sin embargo, la voz del Señor nos mandó que testificásemos de ello; por lo tanto, para ser obedientes a los mandatos de Dios, testificamos de estas cosas. Y sabemos que si somos fieles en Cristo, nuestros vestidos quedarán limpios de la sangre de todos los hombres, y nos hallaremos sin mancha ante el tribunal de Cristo, y moraremos eternamente con Él en los cielos. Y sea la honra al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, que son un Dios. Amén.
 
EL TESTIMONIO DE OCHO TESTIGOS

CONSTE a todas las naciones, tribus, lenguas y pueblos, a quienes llegare esta obra, que José Smith, hijo, el traductor de ella, nos ha mostrado las planchas de que se ha hablado, las que tienen la apariencia del oro; y hemos palpado con nuestras manos cuantas hojas el referido Smith ha traducido; y también vimos los grabados que contenían, todo lo cual tiene la apariencia de una obra antigua y de hechura exquisita. Y testificamos esto con palabras solemnes, y que el citado Smith nos ha mostrado las planchas de que hemos hablado, porque las hemos visto y sopesado, y con certeza sabemos que el susodicho Smith las tiene en su poder. Y damos nuestros nombres al mundo en testimonio de lo que hemos visto. Y no mentimos, pues Dios es nuestro testigo.
CHRISTIAN WHITMER        HIRAM PAGE
JACOB WHITMER                JOSEPH SMITH, PADRE
PETER WHITMER, HIJO     HYRUM SMITH
JOHN WHITMER                  SAMUEL H. SMITH


II.                  Organización de la Iglesia. 6 de abril de 1830  
https://www.lds.org/media-library/video/2010-06-10-chapter-9-organization-of-the-church-of-jesus-christ-6-april-1830?lang=spa
Jose Smith estaba viviendo en el pueblo de fayatte Nueva York y el señor le dijo que ya era el momento de Organizar su iglesia verdadera otra vez en la tierra y le dijo a Jose que la Organizara.
El 6 de abril de 1830 Jose Smith llevo a cabo una reunión para organizar la iglesia en los que estuvieron presentes Hyrum Smith, Oliver Cowdery, Samuel Smith, David Whitmer y Peter Whitmer fueron para ayudarle todos ellos habían sido bautizados otras personas también fueron a la reunión, los hombres oraron a nuestro padre celestial y Jose ordeno a Oliver al oficio de Elder en la iglesia, después Oliver ordeno a Jose, José y Oliver bendijeron la santa cena y la repartieron entre los hombres, José y Oliver pusieron las manos en la cabeza de cada uno de los hombres para confirmarlos miembros de la iglesia de Jesucristo y para darles el don del espíritu santo.
Jose y Oliver ordenaron a algunos de estos hombres al sacerdocio, estos hombres se sentían muy felices y dijeron que amaban a Dios y hablaron sobre como los había bendecido durante la reunión Jesús le dio una revelación a Jose Smith en la que dijo que Jose era un profeta un verdadero profeta habla en el nombre de Jesús  y cuando un profeta haba en su nombre los miembros de la iglesia deben escucharlo y obedecerlo.
Después de la reunión muchas personas fueron bautizadas incluso el padre y la madre de Jose Smith, que día tan maravilloso.  La iglesia de Jesucristo estaba nuevamente sobre la tierra. 






III.                Campo de Sión  
Durante el invierno que abarca 1833-34, los santos continuaban deseando la ayuda del gobernador Daniel Dunklin, pero no recibieron nada. Parley P. Pratt y Lyman Wight viajaron desde Missouri a Kirtland para hacer saber a los del sumo consejo sobre los sufrimientos de los santos en Missouri. José recibió una revelación el mismo día, de organizar un ejército. Muchos de los hombres presentes en la reunión, se ofrecieron de voluntarios para unirse y escogieron a José como el “comandante en jefe de los ejércitos de Israel.”
Ocho misioneros viajaron al este de los Estados Unidos para reunir dinero y reclutas de entre los santos de allí para ayudar a los sufridos santos en Missouri, pero no tuvieron mucho éxito. José comentó, “ Si esta Iglesia, la cual está tratando de ser la Iglesia de Cristo no nos ayuda, cuando pueden hacerlo sin sacrificio…. Dios les quitará sus talentos, y se los dará a aquellos que no tienen talentos (Mateo 25: 14-30), y evitará que ellos encuentren un lugar de refugio, o una herencia en la tierra de Sión.”
Al final, 207 hombres, 11 mujeres y 11 niños componían el Campo de Sión, mucho menos de los que el Señor había requerido mediante el profeta. El promedio de edad de los hombres era 29, que era la edad de José en ese momento. El niño más joven, George A. Smith, un primo del profeta, tenía tan sólo 16, y Samuel Baker era el mayor de todos con 79 años. Muchos de los hombres que se unieron al Campo de Sión lo hicieron completamente por fe. Dejaron a sus familias con poco o nada de dinero, ni ninguna fuente de ingresos, los hombres se fueron durante la época de plantar o cosechar. Varios miembros de la Iglesia plantaron huertos para las familias de los hombres que se fueron, así tendrían algo con que sostenerse a sí mismas.
La marcha de un mil millas al Condado de Jackson, Missouri, de ninguna manera fue fácil para la compañía. Ellos a menudo marchaban treinta y cinco millas en un día con “los pies ampollados, calor sofocante, lluvia fuerte, humedad alta, hambre y sed.” Uno de los mayores problemas para la compañía fue la falta de comida. Los hombres siempre estaban hambrientos, y dado a sus pobres condiciones, a menudo se vieron obligados a comer alimentos rancios o engusanados. Había un miedo real de contraer la enfermedad de la leche o vómito negro por la leche en mal estado; sin embargo, José les dijo que “consumieran todo lo que pudieran conseguir de amigo o enemigo, que les haría bien y ninguno enfermaría a consecuencia de ello; y aunque pasamos por vecindarios en los que muchas personas y ganado estaban infectados con la enfermedad, mis palabras se cumplieron.”
Aún más peligroso que las condiciones pobres, era el desacuerdo que surgió entre algunos de los hombres. Sylvester Smith (que no tenía parentesco con José) era un “capitán de lengua afilada”, quien a menudo incitaba la murmuración y el descontento entre los que lo escuchaban. José comentó acerca de Sylvester y los hombres de espíritu rebelde, “Les dije que enfrentarían desgracias, dificultades y obstáculos, y dije, ‘y lo sabrán antes de salir de este lugar,’ exhortándolos a ser humildes ante el Señor y ser unidos, a fin de no ser castigados.” Muchos de ellos no escucharon, sin embargo, al día siguiente casi cada caballo estaba enfermo o cojo. Cuando los hombres finalmente siguieron el consejo del Profeta de humillarse y resolver sus desacuerdos, al medio día los caballos estaban sanos, excepto el de Sylvester Smith, que murió poco después.
Otras condiciones también eran peligrosas. Las noticias de la marcha del Campo se anticipaban, casi siempre había populachos enojados que deseaban atacarlos e impedirles que llegaran al Condado de Jackson. Los espías que trataron de averiguar el número de personas del Campo, generalmente contaban cientos más de los que realmente eran: el Señor protegió a Su gente de muchas maneras y en numerosas ocasiones. Una mañana de junio, mientras estaban cerca de Richmond, una esclava les dijo, “Hay un grupo de hombres acechándolos, que piensan matarlos esta mañana mientras pasan por el pueblo.” Los hombres no vieron a nadie. Sin embargo, no pudieron viajar tanto ese día como ellos esperaban, porque se rompieron las ruedas de las carretas, así que acamparon fuera del Condado de Clay en una colina entre dos ramales del río Fishing.
No había paz, ya que cinco hombres armados entraron en el campamento jurando que el grupo “vería el infierno antes que llegara la mañana.” Les dijeron a los mormones que una turba de casi 400 hombres estaba lista para cruzar el río y “absolutamente destruir a los mormones.” Los santos podían escuchar disparos, aunque algunos de la compañía querían pelear, José declaró, “Quédense quietos y verán la salvación de Dios.” Al poco tiempo que los cinco hombres se fueron, una pequeña nube negra apareció en el cielo claro, moviéndose rápidamente hacia ellos y extendiéndose todo el tiempo. Sólo un grupo de la tuba pudo atravesar el río en ferry antes de que la tormenta se desatara con tal intensidad que forzó a los santos a abandonar su campamento. Encontraron refugio en un edificio cercano perteneciente a la Iglesia Bautista. Seguramente los hombres sintieron lo que José declaró, “Muchachos, hay un propósito en esto. Dios está en esta tormenta.” La tormenta mantuvo alejados a los atacantes, los hombres no tuvieron que pelear.
Mientras los santos en Missouri continuaban solicitándole ayuda al gobernador Daniel Dunklin, él reconoció que ellos habían sido duramente agraviados y que trataría de ayudarlos. El Campo de Sión finalmente llegó a Missouri, José envió a Orson Hyde y a Parley P. Pratt a hablar con el gobernador y ver si él todavía quería cumplir su promesa de ayudar a los santos. Sin embargo, el gobernador era un cobarde, como lo notó Parley, rehusó enfrentarse a la turba para restituir sus casas a los santos. Los santos que habían sido expulsados del Condado de Jackson continuaron reuniéndose con otros ciudadanos del Condado de Jackson esforzándose a llegar a un acuerdo donde ellos pudieran recuperar sus tierras, pero más de uno de esos hombres declaró que bajo ningún medio permitirían que regresaran los mormones. A los santos les robaron todas sus propiedades y no fueron recompensados de ninguna forma por la pérdida de sus tierras, sus casas o propiedades.
Al final de su jornada, el 22 de junio, José recibió una revelación del Señor expresando Su descontento con los Santos por su desobediencia y negación de ayudar a los pobres entre ellos. El Señor instruyó a José que el Campo de Sión no pelearía, porque los santos, como grupo habían probado que no estaban listos para construir Sión. Así que, el Señor declaró, que ellos no recuperarían sus tierras en ese tiempo. Sin embargo, sobre los que habían servido fielmente en el Campo de Sión, Él dijo, “He oído sus oraciones y aceptaré su ofrenda; y me es menester traerlos hasta este punto para poner a prueba su fe.” Sin embargo, habiendo llegado tan lejos y no pelear, fue mucho para algunos del grupo, quienes apostataron. Por su subordinación, el Señor los afligió con un azote devastador de cólera. Sesenta y ocho personas, incluyendo a José, se infectaron con la enfermedad, catorce murieron. José les dijo a los miembros del campamento que si ellos se arrepentían y se humillaban, el Señor no permitiría que la plaga se extendiera más. Ellos hicieron el pacto de arrepentirse y la plaga cedió.
El Campo de Sión no tuvo éxito en su intento de regresar a los santos exiliados al Condado de Jackson, pero muchos ciudadanos nobles del Condado de Clay cuidaron de los santos por un tiempo. Cualquier líder militar podría ver como un fracaso al Campo de Sión, pero el Señor tenía Sus propios propósitos al guiar al grupo. Los hombres que participaron pudieron aprender del Profeta día tras día. Pudieron ver al Señor trabajar por medio del Profeta, y ser testigos de poderosos milagros. Su fe fue probada en muchas maneras, como resultado, sus testimonios fueron fortalecidos. En febrero de 1835, meses después de la dispersión del Campo de Sión, se organizaron el Quórum de los Doce Apóstoles y el Primer Quórum de los Setenta, nueve de los doce Apóstoles, así como todos los miembros de los Setenta eran hombres que habían servido al Señor en el Campo de Sión. José declaró,
“Dios no quería que peleáramos. Él no podía organizar Su reino con doce hombres que abrieran las puertas a las naciones de la tierra, y con otros setenta que estuvieran bajo la dirección de éstos y siguieran sus huellas, a menos que los eligiera de un grupo de hombres que hubieran ofrecido sus vidas, y hubieran hecho un sacrificio tan grande como el de Abraham.”
Hubo muchos que vieron el Campo de Sión como un desastre, pero, algo interesante, ninguno de estos pesimistas eran miembros del campo. Brigham Young le respondió a uno de esos hombres que le preguntó qué había ganado de la experiencia, “No cambiaría el conocimiento que recibí en esta ocasión por todo el Condado de Geauga.”

IV.                Brigham Young llega al Lago Salado 
El 21 de julio de 1847, la primera compañía llegó al Valle de Lago Salado, siendo los exploradores Erastus Snow y Orson Pratt los primeros en pisar el valle. Pratt escribió: «No pudimos refrenarnos de gritar con gozo, lo cual casi involuntariamente escapa de nuestros labios, el momento en que esta grandiosa y encantadora escena llegó a nuestra vista». Los dos exploradores realizaron un circuito de reconocimiento de unos 19 km en el valle antes de volver al grupo más grande, que iba por detrás. El día siguiente, las áreas más ámplias del valle fueron exploradas, reconocidos los arroyos y aguas termales y se estableció el primer campamento en el Valle de Lago Salado. El 23 de julio, Orson Pratt ofreció una oración dedicando la tierra al Señor.19 La tierra virgen fue cavada, se hicieron canales deirrigación y se sembraron los primeros campos con patatas y nabos.
El 24 de julio35 Young vio por primera vez el valle de una carreta de enfermos, dirigida por su amigo Wilford Woodruff.36 De acuerdo a Woodruff, Young expresó su satisfacción de la apariencia del valle y declaró, «Éste es el lugar correcto, prosigan.»37 Hoy día, un monumento está erigido en el lugar donde se hizo esta declaración. Young luego reportó que había visto con antemano el valle, incluyendo el Pico Ensign, en una visión y reconoció el lugar.
El 28 de julio, un miércoles, Young estableció el lugar para el futuro Templo de Salt Lake City y presentó un plan de la ciudad a un grupo mayor para su aprobación.19 En agosto de 1847, Young y otros miembros selectos de la compañía de vanguardia regresaron a Winter Quarters. Para diciembre de 1847, más de dos mil mormones habían emigrado al territorio mexicano, mismo que quedaría en poder de los Estados Unidos por el Tratado de Guadalupe Hidalgo en febrero del año siguiente, con lo que consolidarían la posesión de mismo, aunque debieron pactar con el gobierno estadounidense. Varios cientos de ellos, incluyendo Brigham Young, regresaron al este para congregar y organizar nuevas migraciones programadas para los años siguientes. Cada año durante las subsecuentes migraciones mormonas, se continuaron organizando a las personas en «compañías», cada uno llevando el nombre de su líder. La compañía se dividía a su vez en grupos de 10 y 50 con autoridad y responsabilidades delegadas para el viaje
I.                     La primera visión

José Smith escribió que Dios el Padre y Jesucristo se le aparecieron en una arboleda cercana a la casa de sus padres en la parte occidental del Estado de Nueva York cuando tenía alrededor de 14 años. Preocupado por sus pecados y sin saber qué camino espiritual seguir, José asistió a reuniones, leyó las Escrituras y oró en busca de guía. Como respuesta, recibió una manifestación celestial. José compartió y documentó la Primera Visión, como llegó a conocerse, en múltiples ocasiones; escribió o asignó escribas para hacer cuatro relatos diferentes de la visión.
José Smith publicó dos relatos de la Primera Visión durante su vida. El primero de ellos, conocido hoy como José Smith — Historia, fue registrado en los Libros Canónicos en la Perla de Gran Precio y, por lo tanto, se convirtió en el relato más conocido. Los dos relatos que no se publicaron, registrados en la autobiografía más antigua de José Smith y en un diario personal más adelante, por lo general fueron olvidados hasta que historiadores que trabajaban para La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días los descubrieron y publicaron en la década de 1960. Desde entonces, estos documentos se han analizado en varias ocasiones en las revistas de la Iglesia, en obras impresas por imprentas de la Iglesia o relacionadas con la Iglesia, y por eruditos Santos de los Últimos Días en otros lugares1. Además de los relatos de primera mano, también hay cinco descripciones de la visión de José Smith, registradas por sus contemporáneos2.
Los varios relatos de la Primera Visión narran una historia uniforme, aunque naturalmente difieren en énfasis y detalle. Los historiadores anticipan que cuando una persona vuelve a contar una experiencia en varios entornos a diferentes audiencias a lo largo de muchos años, cada relato hará hincapié en diversos aspectos de la experiencia y contendrá detalles únicos. De hecho, existen diferencias similares a las de los relatos de la Primera Visión en los múltiples relatos de las Escrituras de la visión de Pablo en el camino a Damasco y de la experiencia de los apóstoles en el Monte de la Transfiguración3. Sin embargo, a pesar de las diferencias, existe una uniformidad básica a través de todos los relatos de la Primera Visión. Algunos han argumentado erróneamente que cualquier variación en el relato de la historia es evidencia de que es una invención. Pero, por el contrario, el abundante registro histórico nos permite aprender más acerca de este notable acontecimiento de lo que podríamos si estuviera menos documentado.

Relatos de la Primera Visión

Cada recuento de la Primera Visión de José Smith y sus contemporáneos tiene su propia historia y contexto, lo que influyó en cómo el acontecimiento se recordó, se comunicó y se registró. A continuación se analizan esos relatos.
Relato de 1832. El relato más antiguo conocido de la Primera Visión, el único relato escrito por José Smith, de su propia mano, se encuentra en una autobiografía corta e inédita que José Smith produjo en la segunda mitad de 1832. En el relato, José Smith describe que es consciente de sus pecados, y su frustración por no poder encontrar una iglesia como aquella sobre la cual había leído en el Nuevo Testamento y que lo llevaría a la redención. Hizo hincapié en la expiación de Jesucristo y la redención personal que ésta ofrecía. Escribió que “el Señor” se le apareció y le perdonó sus pecados. Como resultado de la visión, José sintió regocijo y amor; sin embargo, tal como él lo indicó, no pudo encontrar a ninguna persona que creyese su historia.
Relato de 1835. En el otoño de 1835, José Smith relató su Primera Visión a Robert Matthews, un visitante en Kirtland, Ohio. El recuento, grabado en el diario de José por su escriba Warren Parrish, resalta su intento de descubrir qué iglesia era la correcta, la oposición que sintió mientras estaba orando y la aparición de un personaje divino, y de otro poco después. Ese relato también menciona la aparición de ángeles en la visión.
Relato de 1838. La narración de la Primera Visión que los Santos de los Últimos Días conocen mejor es la de 1838. Publicado por primera vez en 1842 en el Times and Seasons, periódico de la Iglesia en Nauvoo, Illinois, el relato era parte de una historia más larga dictada por José Smith entre períodos de intensa oposición. Mientras que el relato de 1832 pone énfasis en la historia más personal de José Smith sobre un joven en busca del perdón, el relato de 1838 se centra en la visión como el comienzo del “crecimiento y progreso de la Iglesia”. Al igual que en el relato de 1835, la pregunta central de la narración es cuál es la Iglesia correcta.
Relato de 1842. Escrito en respuesta a la petición de John Wentworth, director del Chicago Democrat, para obtener información acerca de los Santos de los Últimos Días, este relato se imprimió en el Times and Seasons en 1842. (La “Carta de Wentworth”, como se conoce comúnmente, también es la fuente de los Artículos de Fe.)4 El relato, escrito para su publicación a una audiencia que no estaba familiarizada con las creencias mormonas, es conciso y directo. Como con los relatos anteriores, José Smith señaló la confusión que sintió y la aparición de dos personajes en respuesta a su oración. Al año siguiente, José Smith envió este relato con pequeñas modificaciones a un historiador llamado Israel Daniel Rupp, que lo publicó como un capítulo en su libroHe Pasa Ekklesia [Toda la Iglesia]: An Original History of the Religious Denominations at Present Existing in the United States5.
Narraciones de segunda mano. Además de los relatos del mismo José Smith, cinco relatos fueron escritos por contemporáneos que oyeron a José Smith hablar acerca de la visión.

Análisis en cuanto a los relatos de la Primera Visión de José Smith

La variedad y cantidad de registros de la Primera Visión han conducido a algunos críticos a preguntarse si las descripciones de José Smith concuerdan con la realidad de su experiencia. Dos argumentos se hacen con frecuencia contra su credibilidad: el primero pone en duda la memoria de José Smith para recordar los acontecimientos; el segundo cuestiona el que haya embellecido los elementos del relato con el paso del tiempo.
Memoria. Uno de los argumentos en cuanto a los relatos de la Primera Visión de José Smith alega que la evidencia histórica no corrobora la descripción de José Smith en cuanto al renacimiento religioso en Palmyra, Nueva York, y sus alrededores en 1820. Algunas personas sostienen que eso socava la afirmación de José del fervor religioso inusual y el relato de la visión en sí.
Las pruebas documentales, sin embargo, apoyan las declaraciones de José Smith con respecto a ese renacimiento. La región donde él vivía llegó a ser famosa por su fervor religioso y fue sin duda uno de los focos del resurgimiento religioso. Los historiadores llaman a la región “el distrito de fuego”, debido a que los predicadores inundaron la tierra llevando a cabo campamentos de renovación y buscando conversos durante los comienzos del siglo XIX6. En junio de 1818, por ejemplo, un campamento metodista se llevó a cabo en Palmyra, y el verano siguiente, los metodistas se reunieron nuevamente en Viena (ahora Phelps), Nueva York, a 24 km de la granja de la familia Smith. Los diarios de un predicador metodista itinerante documentan mucho entusiasmo religioso en el área geográfica donde vivía José en 1819 y 1820. Informan que el reverendo George Lane, un ministro evangélico metodista, estuvo en esa región durante esos dos años, hablando “sobre el método de Dios para producir una reforma”7. Esta evidencia histórica va acorde con la descripción de José. Él dijo que el inusual entusiasmo religioso en su distrito o región “comenzó con los metodistas”. De hecho, José declaró que él llegó a ser “un poco parcial” al metodismo8.
Embellecimiento. El segundo argumento que se hace con frecuencia en cuanto a los relatos de la Primera Visión de José Smith es que, con el tiempo, él había embellecido su historia. Este argumento se centra en dos detalles: el número y la identidad de los seres celestiales que José Smith declaró que había visto. Conforme avanza el tiempo, los relatos de la Primera Visión de José describen a los seres celestiales con mayor detalle. El relato de 1832 dice: “El Señor abrió los cielos ante mí, y vi al Señor”. Su relato de 1838 declara: “Vi a dos Personajes”, uno de los cuales presentó al otro como “Mi Hijo Amado”. Como resultado, los críticos han argumentado que José Smith comenzó diciendo que había visto a un solo ser, “el Señor” y terminó diciendo que había visto al Padre y al Hijo9.
Hay otras maneras más coherentes de ver la evidencia. Se debe reconocer una armonía básica de la narración a través del tiempo desde el principio: tres de las cuatro narrativas establecen claramente que dos personajes se aparecieron a José Smith en la Primera Visión. La excepción es el relato de José Smith de 1832, que podría leerse como refiriéndose a uno o a dos personajes. Si se lee considerando que se refiere a un ser celestial, lo más probable es que fuera el personaje que perdona sus pecados. De acuerdo con los relatos posteriores, el primer personaje divino le dijo a José Smith que “escuchara” al segundo, Jesucristo, quien luego comunicó el mensaje principal, que incluye el mensaje del perdón10. La descripción de 1832 de José Smith, entonces, puede haberse centrado en Jesucristo, el portador del perdón.
Otra manera de leer el relato de 1832 es que José Smith se refirió a dos seres, y llamó a ambos “Señor”. El argumento de embellecimiento se basa en la suposición de que el relato de 1832 describe la aparición de un solo ser divino; pero el relato de 1832 no dice que sólo apareció un ser. Nótese que las dos referencias al “Señor” se hacen en momentos separados: primero, “el Señor” abre los cielos; después José Smith ve “al Señor”. Esta forma de leer la narración está en armonía con el relato de José de 1835, que tiene a un personaje que aparece primero, seguido de otro poco tiempo después. El relato de 1832, entonces, puede leerse razonablemente con el significado de que José Smith vio a un personaje que después reveló a otro, y que se refirió a los dos como “el Señor”: “el Señor abrió los cielos ante mí, y vi al Señor”11.
Las descripciones cada vez más específicas de José se pueden leer convincentemente como evidencia de una percepción cada vez mayor, acumulada con el tiempo y basada en la experiencia. En parte, las diferencias entre el relato de 1832 y los siguientes relatos pueden tener algo que ver con las diferencias entre la palabra escrita y la palabra hablada. El relato de 1832 representa la primera vez que José Smith intentó escribir su historia. Ese mismo año, él escribió a un amigo que se sentía encarcelado por “el papel, la pluma y la tinta, y por un lenguaje retorcido, entrecortado, incoherente e imperfecto”. Él llamó a la palabra escrita una “pequeña y estrecha prisión”12. La amplitud de los relatos posteriores es más fácil de entender, e incluso esperada, cuando reconocemos que eran probablemente relatos dictados —un medio cómodo y fácil para José Smith, y que permitía que las palabras fluyeran con más facilidad.

Conclusión

José Smith testificó repetidamente que tuvo una visión extraordinaria de Dios el Padre y Su Hijo Jesucristo. Ni la veracidad de la Primera Visión, ni los argumentos contra ella pueden ser probados exclusivamente mediante la investigación histórica. Saber la veracidad del testimonio de José Smith requiere que cada buscador de la verdad sincero estudie el registro y luego ejerza suficiente fe en Jesucristo para preguntar a Dios en oración sincera y humilde si el registro es verdadero. Si el que busca pide con la verdadera intención de actuar de acuerdo con la respuesta revelada por el Espíritu Santo, la veracidad de la visión de José Smith le será manifestada. De esta manera, cada persona puede saber que José Smith habló con sinceridad cuando declaró: “había visto una visión; yo lo sabía, y sabía que Dios lo sabía; y no podía negarlo”13.

Recursos

  1. Véase, por ejemplo, de James B. Allen, “Eight Contemporary Accounts of the First Vision—What Do We Learn from Them?” Improvement Era,pág. 73, 1970: págs. 4-13; Richard L. Anderson, “Joseph Smith’s Testimony of the First Vision”, Ensign, Apr. 1996, págs. 10-21; Milton V. Backman, Joseph Smith’s First Vision: The First Vision in Its Historical Context (Salt Lake City: Bookcraft, 1971; 2a ed., 1980); Steven C. Harper, Joseph Smith’s First Vision: A Guide to the Historical Accounts(Salt Lake City: Deseret Book, 2012).
  2. Todas estas narrativas se reprodujeron en Dean C. Jessee, “The Earliest Documented Accounts of Joseph Smith’s First Vision”, en John W. Welch, ed., con Erick B. Carlson, Opening the Heavens: Accounts of Divine Manifestations, 1820–1844 (Provo y Salt Lake City: Brigham Young University Press y Deseret Book, 2005), págs. 1–33.
  3. Hechos 9:3–922:6–2126:12–18Mateo 17:1–13Marcos 9:2–13;Lucas 9:28–36.
  4. La carta completa se encuentra en José Smith, “Church history”,Times and Seasons 3, 1 de marzo de 1842, págs. 706–710.
  5. José Smith, “Latter Day Saints”, en I. Daniel Rupp, He Pasa Ekklesia: An Original History of the Religious Denominations at Present Existing in the United States (Philadelphia: J. Y. Humphreys, 1844), págs. 404–410.
  6. Whitney R. Cross, The Burned-Over District: The Social and Intellectual History of Enthusiastic Religion in Western New York, 1800-1850 (Ithaca, N.Y.: Cornell University Press, 1950); Paul E. Johnson, A Shopkeeper’s Millennium: Society and Revivals in Rochester, New York, 1815-1837(New York: Hill and Wang, 1983); Nathan O. Hatch, The Democratization of American Christianity (New Haven: Yale University Press, 1989).
  7. Diario personal de Benajah Williams, 15 de julio de 1820, copia en la Biblioteca de Historia de la Iglesia, Salt Lake City; se corrigió la ortografía.
  8. Relato de 1838 (José Smith—Historia 1:5, 8).
  9. Relato de 1832 (Joseph Smith History, aprox. verano de 1832, pág. 3, en Joseph Smith, “Letter Book A”, Joseph Smith Collection, Biblioteca de Historia de la Iglesia, Salt Lake City); relato de 1838 (José Smith—Historia 1:17).
  10. Relato de 1838 (José Smith—Historia 1:17); descripción de 1835 (José Smith, “Sketch Book of the use of Joseph Smith, jr.”, Diario, del 9 al 11 de noviembre de 1835, Joseph Smith Collection, Biblioteca de historia de la Iglesia, Salt Lake City.
  11. Relato de 1832 (Joseph Smith History, aprox. verano de 1832, pág. 3, en Joseph Smith, “Letter Book A”, Joseph Smith Collection, Biblioteca de historia de la Iglesia, Salt Lake City).
  12. José Smith a William W. Phelps, 27 de noviembre de 1832, Joseph Smith Collection, Biblioteca de Historia de la Iglesia, Salt Lake City; está disponible en www.josephsmithpapers.org.
  13. Relato de 1838 (José Smith—Historia 1:25).

 Organización de la Soc Soc.
La Historia de la Sociedad de Socorro
La Sociedad de Socorro se fundó en el año 1842 por la autorización de José Smith. Originalmente las primeras hermanas de la Iglesia hicieron un plan para poder ayudar en la construcción del templo de Nauvoo. Sarah Kimball y Eliza R. Snow  escribieron una constitución con reglas y estatutos de la organización para presentársela a José Smith.
Después de repasar las notas de la organización, José Smith comentó “esto no es lo que quieren… (El Señor) tiene algo mejor para ellas que una constitución escrita… yo organizaré a las hermanas bajo el sacerdocio según el modelo del sacerdocio.” También agregó, “La Iglesia no se organizó completamente hasta que las mujeres se organizaron.”(History of Relief Society 1842-1966, p. 18)
Dieciocho mujeres se reunieron el día Jueves, diecisiete de Marzo 1842, en el segundo piso de la tienda de José Smith en Nauvoo, Illinois. José Smith, John Taylor, y Willard Richards se sentaron en la plataforma mientras las mujeres se sentaron enfrente dandoles la cara. “El Espíritu de Dios” fue el himno de inicio y John  Taylor dio la primera oración. Habiendo hecho esto José Smith organizó a las mujeres presente quienes eran:
·         Emma Hale Smith
·         Sarah M. Cleveland
·         Phebe Ann Hawkes
·         Elizabeth Jones
·         Sophia Packard
·         Philinda Merrick
·         Martha Knight
·         Desdemona Fulmer
·         Elizabeth Ann Whitney
·         Leonora Taylor
·         Bathsheba W. Smith
·         Phebe M. Wheeler
·         Elvira A. Coles (Cowles; luego Elivira A. C. Holmes)
·         Margaret A. Cook
·         Sarah M. Kimball
·         Eliza R. Snow
·         Sophia Robinson
·         Sophia R. Marks
José Smith declaró en cuanto al propósito de la Sociedad, “-que la Sociedad de hermanas promuevan a los hermanos a hacer buenas obras preocupándose por las necesidades de los pobres- buscando oportunidades de prestar caridad- y ayudar a corregir la moral y fortalecer las virtudes de la comunidad,  y desocupar a los Elderes la molestia de reprender; para que puedan multiplicar su tiempo haciendo otros oficios y en su enseñanza pública.” (History of Relief Society 1842-1966, p. 18)
Emma Hale Smith se nombró como la presidenta de la organización, Sarah M. Cleveland y Elizabeth Ann Whitney como sus consejeras. La organización se llamó “La Sociedad de Socorro de Nauvoo.”
Para concluir la reunión José Smith donó 5 dólares en monedas de oro para los pobres y salió del cuarto. John Taylor y Willard Richards también donaron dinero y el último himno fue “Ya Regocijemos,” y John Taylor dio la ultima oración.

             Travesía de Pioneros
La ruta mormona es el camino recorrido por casi 70,000 miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (o Iglesia Mormona) entre los años 1846 y 1869. La ruta cubre 1,300 millas desde Nauvoo, Illinois a la ciudad de Lago Salado, Utah. El Gobierno de los Estados Unidos la considera una Ruta Histórica Nacional y se mantiene como una etapa importante en la historia de los Estados Unidos.
Después del martirio de José Smith, se incrementó la persecución religiosa en Nauvoo, y los líderes de la Iglesia decidieron en 1846 que era momento de partir y buscar un lugar en donde pudieran practicar sus creencias religiosas con libertad. El plan consideraba partir en primavera, sin embargo el entusiasmo entre los mormones los obligó a partir antes de lo previsto. El 4 de Febrero, de 1846, 3,000 Pioneros Mormones abandonaron Nauvoo en lo que se conoce como el Gran Éxodo. La primera parte de la travesía, que cubrió tan solo unas 256 millas, resultó difícil debido a las intensas lluvias y lodo. El grupo había planeado recorrer todo el camino a Utah para antes del invierno, pero la dificultad del viaje desde Nauvoo a Nebraska demoró tanto que lo hizo imposible.
Estos primeros pioneros terminaron estableciéndose en un asentamiento en Nebraska y lo llamaron Winter Quarters. El invierno era riguroso y los pioneros sólo tenían hogares rústicos. Más de 400 personas perdieron la vida en las horribles condiciones de Winter Quarters. La primavera trajo un alivio de bienestar a la población que sufría. El 5 de abril de 1847 Brigham Young condujo el primer tren de vagones fuera de Winter Quarters. El tren estaba compuesto de 148 personas, 72 vagones y mucho ganado. Para la primera parte del viaje los pioneros mormones siguieron la ruta de Oregon, la que seguía el Río Platte a Fort Bridger.
El primer grupo de pioneros en partir tuvieron muy en cuenta a aquellos que habían demorado debido a enfermedad o falta de fondos. Conforme avanzaban iban mejorando la ruta y establecían pequeños asentamientos con algunas construcciones y cultivos.
En Fort Bridger los pioneros decidieron dejar la ruta a Oregon y siguieron la ruta que conducía a California y fueron por Utah. Esta parte del viaje fue de 116 millas y probablemente la más difícil porque tenían que cruzar las montañas Wasatch, llenas de cañones y caminos empinados. Lo que lo hacía particularmente más difícil era el hecho de que estaban cansados al haber ya viajado las 1,000 millas para llegar a este punto.
El 24 de Julio de 1847, el primer tren de vagones entró al valle de Lago Salado. El trabajo todavía no había terminado. Los “santos” inmediatamente empezaron a plantar cultivos y a edificar una ciudad. También tenían que proveer para los que vendrían después. En 1869, después de haber sido alentados por los líderes de la Iglesia, se completó el ferrocarril transcontinental. Esto facilitó grandemente el viaje a Lago Salado y se descontinuó el uso de la Ruta Mormona.

Pioneros de carros de mano


Una estatua en Salt Lake City (Utah) en laManzana del Templo conmemorando a los pioneros mormones de carros de mano.
Los pioneros de carros de mano fueron participantes en la migración de los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (también conocida como Iglesia SUD) a Salt Lake City, Utah, que usaron carros de mano para transportar sus pertenencias. El movimiento mormón de carros de mano empezó en 1856 y acabó en 1860.
Motivados por unirse a sus compañeros miembros de la Iglesia, pero sin fondos para llevar bueyes o caballos, casi 3000 pioneros mormones de Inglaterra, Gales, Escocia y Escandinavia hicieron el viaje de Iowa o Nebraska a Utah en diez compañías de carros de mano. La caminata fue desastrosa para dos de las empresas, que comenzaron su viaje peligrosamente tarde y fueron capturados por las fuertes nevadas y temperaturas severas en el centro de Wyoming. A pesar de un espectacular esfuerzo de rescate, más de 210 de los 980 pioneros de estas dos empresas murieron en el camino. John Chislett, un superviviente, escribió: "Muchos padres tiraron de su carreta, con sus niños pequeños en ella, hasta el día antes de su muerte."
Aunque menos del 10 por ciento de los emigrantes SUD de 1847-68 hicieron el viaje al oeste usando carros de mano, el pioneros de carros de mano se han convertido en un símbolo importante en la cultura SUD, lo que representa la fidelidad y el sacrificio de la generación pionera. Ellos continúan siendo reconocidos y honrados en eventos como el Día del Pionero, la Iglesia pageants, conmemoraciones y otros similares. Las caminatas con carros de mano eran un tema familiar en la música popular mormona durante el siglo XIX y han sido un tema en la ficción SUD, como la novela histórica de Gerald Lund , Fire of the Covenant, y la historia corta de Orson Scott Card, "Oeste".

Antecedentes de la emigración

Los Santos de los Últimos Días se organizaron primero como la Iglesia de Cristo en 1830. Los primeros miembros de la Iglesia a menudo encontraron hostilidad, primero por su práctica de separarse de la sociedad secular y reunirse en locales para llevar a cabo sus distintas creencias religiosas. Sus vecinos se asustaron debido al rápido crecimiento del número de personas de la Iglesia, por su tendencia de votar en bloque y adquirir poder político, por sus llamadas de favor divino y por la práctica de la poligamia.
La violencia dirigida contra la Iglesia y sus miembros obligó a trasladarla desde Ohio a Misuri y más tarde a Illinois. A pesar de las frecuentes migraciones los miembros de la Iglesia no podían escapar de la oposición, la cual culminó en la Orden de Exterminio promulgada por el Gobernador Lilburn Boggs, contra todo mormón que viviera en el Estado de Illinois y el asesinato de su líder José Smith en 1844. Brigham Young, el sucesor de Smith como líder de la Iglesia, dijo que había recibido dirección divina para organizar a los miembros de la Iglesia y conducirlos más allá de la frontera oeste de los Estados Unidos.

Necesidad de compañías de carros de mano

Poco después de que los primeros pioneros mormones llegaran a Utah en 1847, la Iglesia comenzó a animar a sus conversos en las Islas Británicas y en otros lugares de Europa a emigrar a Utah. Entre 1849 y 1855, unos 16000 Santos de los Últimos Días provenientes de Europa viajaron a Utah en barco, tren y luego en buyes y vagones. Aunque muchos de estos emigrantes pagaron por cuentra propia, la Iglesia estableció un Fondo Perpetuo de Emigración para dar asistencia financiera a los emigrantes pobres para marchar hacia el oeste, la cual devolverían cuando les fuera posible. Se animó a dar contribuciones para expandir el fondo.
Cuando las contribuciones y los reembolsos de préstamos se abandonaron en 1855 después de una mla cosecha en Utah, el presidente Young decidió empezar a utilizar carros de mano porque los SUD que quedaban en Europa eran en su mayoría pobres. Young creyó que por eso se haría más rápido el viaje.
Young propuso el plan en una carta a Franklin D. Richardspresidente de la Misión Europea, en septiembre de 1855. Su carta fue publicada en el Millenial Star, el periódico de la Iglesia en Inglaterra, el 22 de diciembre de 1855, junto con una editorial de Richards aprobando el proyecto. Se esperaba reducir el coste de la migración a un tercio. La respuesta fue abrumadora - en 1856 el Fondo Perpetuo de Emigración apoyó el viaje de 2012 emigrantes europeos, comparado con los 1161 del año anterior.

Equipamiento

Los emigrantes salían de un puerto inglés (generalemente Liverpool) y viajaban en barco hasta Nueva York o Boston, luego en ferrocarril hasta Iowa City, el final de la línea de ferrocarril, donde eran equipados con carros de mano y otros suministros.
Siguiendo el diseño de Brigham Young, los carros de mano se parecían a una carretilla grande, con dos ruedas de cinco pies (1,5 m.) de diámetro y un eje único de cuatro pies y medio (1,4 m) de ancho. Pesaba 60 libras (27 kg).

Cronología de eventos

Año 1856

Las primeras tres compañías

Los primeros dos barcos partieron desde Inglaterra a finales de marzo y mediados de abril navegando hacia Boston. Los emigrantes estuvieron varias semanas en Iowa City, donde construyeron sus carros de mano y fueron equipados con suministros antes de empezar su caminata de unas 1300 millas (2093 km).
Reenactment: Pioneers crossing thePlatte River, from PBS documentarySweetwater Rescue
Unos 815 emigrantes de los primeros dos barcos fueron organizados en tres compañías de carros de mano, encabezadas por los capitanes Edmund Ellsworth, Daniel D. McArthur y Edward Bunker. Los capitanes eranmisioneros mormones de regreso a sus casas en Utah y ya conocían la ruta. La mayoría de los subcapitanes también eran misioneros retornados.
A lo largo de Iowa siguieron una carretera existente de unas 275 millas (443 km) hacia Council Bluffs, siguiendo una ruta parecida a la actual U.S. Route 6. Después de cruzar el río Misuri, pararon unos cuantos días en un puesto avanzado mormón en Florence, Nebraska (actualmente Omaha) para realizar reparaciones, antes de empezar las restantes 1030 millas (1,658 km) de viaje a lo largo de la Ruta Mormona hacia Salt Lake City.
Las compañías tuvieron buen tiempo y sus viajes no tuvieron incidentes. Las compañías emigrantes incluían muchos niños y personas de avanzada edad, por lo que empujar y tirar de las carretas de mano era un trabajo difícil. Los periódicos y los recuerdos describen periodos de enfermedad y hambre. Como en otras compañías que viajaban por el Sedero de la Emigración, hubo muertes a lo largo del camino. El libro Handcarts to Zion, de Hafen and Hafen's, da cuenta de 13 muertes en la primera compañía, siete en la segunda, y menos de siete en la tercera. Las noticias de los periódicos reflejan el optimismo de los pioneros de carros de mano, incluso en medio de sus dificultades.
La gente se reía de nosotros mientras caminábamos, pero el tiempo era bueno y las carreteras eran excelentes y aunque estab enfermo y estábamos muy cansados por la noche, aun así pensábamos que era un glorioso camino para ir a Sion.
Las primeras dos compañías, que llegaron a Salt Lake City el 26 de septiembre y la tercera que arribó menos de una semana después, demostraron la viabilidad de emigrar utilizando carros de mano.
Compañía de carros de manoCapitánBarcoLlegada a Iowa CitySalida de Iowa CitySalida de FlorenceNúmero de personasNúmero de muertos durante la travesíaLlagada a Salt Lake City
Primera10Edmund EllsworthEnoch Train, zarpó el 23 de marzo de 1856 hacia Boston12 de mayo9 de junio20 de julio2741326 de septiembre
SegundaDaniel D. McArthurEnoch Train, zarpó el 23 de marzo de 1856 hacia Boston;
S. Curling, zarpó el 19 de abril hacia Boston
Del Enoch Train el 12 de mayo;
Del S. Curling, primeros días de junio
11 de junio24 de julio221726 de septiembre
Tercera (Galesa)Edward BunkerS. Curling, zarpó el 19 de abril de 1856 hacia BostonPrimeros días de junio23 de junio30 de julio320< 72 de octubre

Compañías de carros de mano de Willie y Martin

Las dos últimas compañías de carros de mano de 1856 salieron tarde de Inglaterra. El barco Thornton, el cual llevaría a los emigrantes que formarían la Compañía Willie, no abandonó Inglaterra hasta el 4 de mayo. El líder de los Santos de los Últimos Días en el Trhornton fue James G. Willie.
Pasaron otras tres semanas antes de que el Horizon, llevando a los inmigrantes que formaban la compañía Martin, saliera. Las últimas salidas habrían sido el resultado de la dificultad en procurarse un barco debido a la demanda inesperada, pero los resultados serían trágicos.
Con comunicaciones lentas en la era anterior al telégrafo trasatlántico, los agentes de la Iglesia en Iowa City no esperaban más emigrantes y tuvieron que hacer preparativos frenéticos para su llegada. Cuando las compañías llegaron a Florence, se perdió más tiempo reparando los carros pobremente construidos. El emigrante John Chislett describe los problemas con los carros:
«A pesar de nuestros esfuerzos por mantener limpios los ejes y cajas que eran de madera, el polvo encontró su camino para dañarlos, y junto con el peso extra que cargaban los carros, los ejes se rompían en el hombro. Se recurrió a toda clase de soluciones para remediar el creciente mal, pero con un éxito variable. Algunos envolvieron sus ejes con cuero obtenido de sus botas; otros con estaño sacrificando sus platos, ollas, baldes o de su equipo hechos de ese metal. Además de estos inconvenientes, faltó con que lubricarlos apropiadamente. Nada que sirviera a este propósito tuvimos en absoluto.»
Antes de que la Compañía William saliera de Florence, se reunió para debatir la conveniencia de una salida tardía. Debido a que los emigrantes no estaban familiarizados con el camino ni con el clima, esperaron el regreso de los misioneros retornados y de los agentes de la Iglesia. Uno de los misioneros retornados, Levi Savage, les instó a permanecer el invierno en Nebraska. Arguyó que la salida tardía con personas de avanzada edad, mujeres y niños daría lugar a sufrimiento, enfermedad e incluso, la muerte. El resto de los élderes de la Iglesia arguyó que el viaje debía seguir adelante, expresando su optimismo en que la compañía sería protegida por la intervención divina. Unos 100 miembros de la compañía, decidieron permanecer el invierno en Florence o en Iowa, pero la mayoría, unos 404 (incluyendo Savage) continuaron el viaje al oeste. La Compañía Willie abandonó Florence el 17 de agosto y la Compañía Martin el 27 del mismo mes. Dos trenes de vagones tirados por bueyes, liderados por los capitanes W.B. Hodgett y John A. Hunt, siguieron a la Compañía Martin.[20]
Cerca de Wood River, Nebraska, una manada de bisontes causó la estampida del ganado de la Compañía de Willie y se perdieron unas 30 cabezas de ganado bovino. Abandonados, sin suficiente ganado para tirar de todos los vagones, cada carreta de mano tuvo que llevar un peso adicional de 45 kilos de harina.
A principios de septiembre Franklin D. Richards, volviendo de Europa donde había servido como presidente de misión, superó las compañías emigrantes. Richard y otros 12 misioneros retornados que le acompañaban, viajando en carruajes y vagones tirados por caballos y mulas, se adelantaron hacia Utah con la finalidad de obtener asistencia para los emigrantes.

Desastre y rescate

Responsabilidad de la tragedia

El historiador norteamericano, Wallace Stegner, describió el planeamiento inadecuado y las decisiones imprevistas que llevaron a la tragedia cuando escribió,
Al insistir en sus ideas entre los pobres de Europa, Brigham y el sacerdocio sobreestimaron su guía desde Liverpool hasta el valle, ya que la normalmente confiable organización misionera y de emigración se podría venir abajo en varios puntos críticos; y al aceptar el testimonio de sus líderes y las impertinencias de deseo de su propia esperanza, los emigrantes se someterían a mayores sacrificios que incluso los refugiados de Nauvoo; y remontando un error fatal compuesto para traer a los sobrevivientes, el sacerdocio y el pueblo mormón mostrarían mejor a sí mismos su compasión y eficiencia.
Ya el 2 de noviembre de 1856, mientras las compañías Willie y Martin estaban aún buscando su salvación, Brigham Young respondió a las críticas de su propio liderazgo reprendiendo a Franklin Richards y a Daniel Spencer por dejar a las compañías salir tan tarde.12 Sin embargo, muchos autores argumentan que Young, como autor del plan, era responsable. Ann Eliza Young, hija de uno de los hombres a cargo de la construcción de los carros y ex-esposa plural de Brigham Young, describió el plan de su exmarido como "política de sangre fría, intrigante y blasfema".13 Stegner describió a Richards como chivo expiatorio para los errores fundamentales en la planificación de Young, aunque Howard Christy, profesor emérito de la Universidad Brigham Young, indica que Richards, como el oficial de mayor rango en Florence fue, de hecho, el oficial que habría tenido la autoridad y capacidad de haber evitado la tragedia deteniendo su salida tardía.
Muchos supervivientes de la tragedia rechazaron culpar a nadie. El superviviente John Jacques escribió:
"No culpo a nadie. No estoy ansioso por culpar a nadie[...] No tengo ninguna duda de que aquellos que tuvieron que hacer su gestión entendieron bien e intentaron hacerlo lo mejor que pudieron bajo esas circunstancias."
De otro superviviente, Francis Webster, se dice que dijo:
"¿Estaba apresado cuando elegí venir con un carro de mano? No. Ni entonces ni en cualquier momento de mi vida desde entonces. El precio que pagamos para conocer a Dios fue un privilegio el pagarlo y estoy muy agradecido de ser uno de los privilegiados que van en la Compañía de Carros de Mano de Martin"
Por otro lado, el superviviente John Chislett, que más tarde abandonó la Iglesia, escribió amargamente que Richards les prometió «tenemos que llegar a Sion en condiciones de seguridad.»17
En mayo de 2006, un grupo de investigadores en la coferencia anual de la Mormon History Association culpó de la tragedia a la falta de liderazgo. Lyndia Carter, una historiadora sobre el recorrido, dijo que Franklin D. Richards "era responsable, en mi mente, por la salida tardía" porque "empezó la bola de nieve cuesta abajo" que finalmente "sumó al desastre". Christy concuerda que "el liderazgo desde lo alto, desde el principio, estaba muy por debajo de lo debido". Robert Briggs, un abogado, dijo:
"Es casi un hecho[...] hay evidencia de negligencia. Con los dirigentes de todo el camino hasta Brigham Young, hubo malos manejos.18
Compañía de carros de manoCapitánBarcoLlegada a Iowa CitySalida de Iowa CitySalida de FlorenceNúmero de personasNúmero de muertos durante la travesíaLlegada a Salt Lake City
Cuarta o Compañía Willie19James G. WillieThornton, zarpó el 4 de mayo de 1856 hacia Nueva York26 de junio15 de julio17 de julio~500 dejaron Iowa City; 404 dejaron Florence689 de noviembre
Quinta o Compañía MartinEdward MartinHorizon, zarpó el 25 de mayo de 1856 hacia Boston8 de julio28 de julio27 de agosto576>14530 de noviembre

De 1857 a 1860

Las cinco últimas compañías

Legado

Los pioneros de carros de mano y el movimiento de carros de mano es una parte importante de la Cultura SUD, de su música y de su ficción. Arthur King Peters describió la importancia de esta parte de la historia mormona en Seven Trails West
Este heroico episodio de la historia mormona ejemplifica muchas de las cualidades duraderas del naciente mormonismo: minuciosa organización, disciplina de hierro, devoción inquebrantable por la causa y el ilimitado autosacrificio... El verdadero Mormon Trail no fue la pradera sino el espíritu.
Wallace Stegner elogió los ejemplos de aquellos de las compañías de carros de mano, particularmente en comparación con otros pioneros:
Puede que su sufrimiento parezca menos dramático porque los pioneros de carros de mano lo llevaron humildemente, rezando al Señor, en vez de luchar por la vida con la ferocidad de los animales y comiéndose a sus muertos para mantener su propia vida, como hicieran las compañías de Fremont y Donner...Pero si el coraje y la resistencia crean una historia, si la humanidad y lo servicial así como el amor fraternal en medio del crudo horror merecen ser recordados, este episodio medio olvidado de la migración mormona es uno de los grandes cuentos del Oeste y de América.

Recreación histórica

Las recreaciones histórica, en las cuales un grupo vestido de la misma manera en que se hacía en el siglo XIX viaja uno o más días tirando y empujando carros de mano, se ha convertido en una activida popular entre las congregaciones mormonas, grupos de jóvenes y familias. Las recreacions han sido loadas por los líderes mormones; por ejemplo, M. Russell Ballard del Quorum de los Doce Apóstoles dijo:
A través de la música, el drama y las recreaciones agitadas, se nos recordarán los increíbles viajes de los pioneros, tanto temporal como espirituales
Las recreaciones se han hecho tan populares que el Bureau de Ordenación del Territorio está estudiando el impacto en los caminos y en el medio ambiente, especialmente en el área que rodea Rocky Ridge, en Wyoming. Según la Casper Star-Tribune, el BOT ha tenido que imponer una tasa para compensar los costes de monitoreo de los impactos de los recreadores y de otros campistas en el camino.