Roles y responsabilidades de las mujeres en el Evangelio
“No hay mayor defensor en todo el mundo de la mujer y el sexo femenino que Jesús el Cristo”(James E. Talmage).
A las mujeres de la actualidad se las necesita y valora tanto como a las mujeres de la Iglesia en la antigüedad.
¿Cómo pueden ayudar a las hermanas a entender cuán valiosas son en el reino del Señor?
Dios otorgó a la mujer cualidades divinas de fortaleza, virtud, amor y la disposición de sacrificarse para criar a las futuras generaciones de Sus hijos procreados en espíritu.
“El Nuevo Testamento contiene relatos sobre mujeres, cuyos nombres no siempre se mencionan, que ejercieron fe en Jesucristo, aprendieron y vivieron Sus enseñanzas y testificaron de Su ministerio, Sus milagros y Su majestuosidad. Tales mujeres llegaron a ser discípulas ejemplares e importantes testigos en la obra de salvación”.
La función de las hermanas en la Iglesia
En los últimos tres años, la Primera Presidencia y el Quórum de los Doce hemos buscado guía, inspiración y revelación al reunirnos en consejo con líderes del sacerdocio y de las organizaciones auxiliares, y trabajar en los nuevos manuales de instrucciones de la Iglesia. Durante ese proceso he sentido un profundo aprecio por el papel esencial que las hermanas, casadas y solteras, han tenido históricamente y tienen ahora, tanto en la familia como en la Iglesia.
Todos los miembros de la Iglesia de Jesucristo deben “obrar en su viña en bien de la salvación de las almas de los hombres”. “[La] obra de salvación incluye la obra misional de los miembros, la retención de conversos, la activación de los menos activos, la obra del templo y de historia familiar… la enseñanza del Evangelio”, y el cuidado de los pobres y de los necesitados. Todo esto se administra principalmente por medio del consejo de barrio.
“Los profetas de los últimos días han hablado acerca de las bendiciones que descienden sobre la Iglesia y sobre las familias cuando los hermanos fieles del sacerdocio trabajan en unión con las hermanas fieles de la Sociedad de Socorro”.
¿Cómo pueden enseñarles a las hermanas acerca de su rol divino y complementario al de los hombres que poseen el sacerdocio en lo que respecta a llevar a cabo la obra del Señor?
El rol de la mujer es de ser de ayuda y apoyo constante para su esposo, Creo que las mujeres de la Iglesia en nuestros días están a la altura de ese desafío y son tan fuertes y fieles como aquéllas. Los líderes del sacerdocio de esta Iglesia, en todos los niveles, reconocen con agradecimiento el servicio, el sacrificio, la dedicación y la contribución de las hermanas.
Mucho de lo que se logra en la Iglesia se debe al servicio abnegado de las mujeres. Ya sea en la iglesia o en el hogar, es algo maravilloso ver al sacerdocio y a la Sociedad de Socorro trabajar en perfecta armonía; esa relación es como la de una orquesta bien armonizada y la sinfonía resultante nos inspira a todos.
Legado de las hermanas pioneras
Un atributo predominante de nuestros antepasados pioneros es la fe de las hermanas. Por naturaleza divina, la mujer tiene un don y una responsabilidad mayores hacia el hogar y hacia los hijos, y de educar tanto allí como en otros lugares. En vista de eso, la fe de las hermanas al dejar su hogar para atravesar las llanuras hacia lo desconocido era inspiradora. Si tuviéramos que señalar su atributo más destacado diríamos que era su fe inquebrantable en el evangelio restaurado del Señor Jesucristo.
Los heroicos relatos de lo que aquellas pioneras sacrificaron y lograron al cruzar las llanuras son un legado invalorable para la Iglesia. Me conmueve el de Elizabeth Jackson, cuyo esposo Aaron murió después de cruzar por última vez el Río Platte con la compañía de carros de mano de Martin. Ella escribió:
“No intentaré describir mis sentimientos al encontrarme viuda con tres hijos en aquellas circunstancias… creo… que mis aflicciones por causa del Evangelio serán consagradas para mi bien…
“[Supliqué] al Señor… a Él que prometió ser un esposo para la viuda y un padre para los huérfanos. Recurrí a Él y Él acudió en mi ayuda"
La función de las hermanas en la familia
Reconocemos que hay fuerzas monumentales desatadas en contra de la mujer y de la familia. Estudios recientes muestran que la devoción en el matrimonio se ha deteriorado y ha disminuido el número de adultos que contraen matrimonio.
Para algunas personas, el matrimonio y la familia se están convirtiendo en “algo optativo en lugar de ser el principio central de la organización de nuestra sociedad”. Las mujeres se ven confrontadas con muchas opciones y deben considerar en oración las decisiones que tomen y la forma en que esas decisiones afectarán a la familia.
Hay dos principios que siempre debemos tener en cuenta. Primero, ninguna mujer debe sentir nunca que tiene que disculparse ni pensar que su contribución es menos importante porque dedica sus principales esfuerzos a criar y enseñar a sus hijos; nada es más importante que eso en el plan de nuestro Padre Celestial. Segundo, debemos tener más cuidado de no juzgar ni pensar que las hermanas que deciden trabajar fuera de su casa tienen menos valor. Muy raramente entendemos completamente las circunstancias de los demás. Marido y mujer deben analizarlo juntos en oración con la comprensión de que son responsables ante Dios por las decisiones que tomen.
A ustedes, las hermanas que crían solas a sus hijos, sea cual sea la razón, les extendemos de corazón nuestro sincero aprecio. Los profetas han dicho claramente que “hay muchas manos prestas a ayudarles. El Señor las tiene presentes, y también Su Iglesia”. Espero que los Santos de los Últimos Días estén a la vanguardia en cuanto a crear en sus lugares de trabajo un entorno más receptivo y complaciente tanto para el hombre como para la mujer en sus responsabilidades de padres.
Y ustedes, valientes y fieles hermanas solteras, sepan que las amamos y apreciamos, y que no se les negará ninguna bendición eterna.
La extraordinaria pionera Emily H. Woodmansee escribió la letra del himno “Sirvamos unidas”, en el que afirma correctamente que “el Padre les dio la tarea sagrada”. Se ha descrito como “nada menos que cumplir el mandato directo e inmediato de nuestro Padre Celestial, y que este don ‘es una meta divina".
Extracto del discurso Las mujeres SUD son asombrosas! Quentin L. Cook Del Quórum de los Doce Apóstoles
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