miércoles, 29 de abril de 2015

Reuniones de la Sociedad de Socorro de barrio



Reuniones dominicales de la Sociedad de Socorro


En las reuniones dominicales de la Sociedad de Socorro, las mujeres Santos de los Últimos Días aprenden doctrinas y principios del Evangelio que contribuirán a aumentar su fe y su rectitud personal, fortalecer familias y hogares, y ayudar a los necesitados.
Una integrante de la presidencia de la Sociedad de Socorro dirige las reuniones dominicales. Cada reunión comienza con una bienvenida por parte de una integrante de la presidencia, un himno, una oración y anuncios breves acerca de oportunidades de servir, eventos futuros, enfermedades y otra información apropiada. Se reserva el máximo de tiempo para una lección del Evangelio. La reunión concluye con un himno y una oración.
Cada mes, la presidencia de la Sociedad de Socorro planea las reuniones dominicales de acuerdo con el siguiente modelo:

Primer domingo

Una integrante de la presidencia de la Sociedad de Socorro del barrio enseña el primer domingo. Utiliza las Escrituras, las enseñanzas de los profetas de los últimos días y materiales aprobados de la Iglesia. Las líderes de la Sociedad de Socorro utilizan esta reunión para enseñar las doctrinas del Evangelio y ayudar a las hermanas a participar activamente en la obra de la Sociedad de Socorro.
Las integrantes de la presidencia de la Sociedad de Socorro buscan la guía del Espíritu al determinar los temas que vayan a enseñar. La presidenta de la Sociedad de Socorro también puede deliberar en consejo con el obispo sobre temas que él quisiera que las hermanas trataran. Entre los temas se pueden incluir las funciones y las responsabilidades de la mujer en el Evangelio, el fortalecimiento de los matrimonios y las familias, las maestras visitantes, el dar servicio, la obra misional, la retención de conversos, la activación, el bienestar temporal y espiritual, la obra del templo y de historia familiar, y la historia y los propósitos de la Sociedad de Socorro. Se puede conceder tiempo para que las hermanas compartan sus testimonios.

Segundo y tercer domingo

El segundo y el tercer domingo enseña la lección una integrante de la presidencia o una maestra de la Sociedad de Socorro. Utiliza el manual vigente de la Sociedad de Socorro. Por lo general, las lecciones se enseñan en el orden que figuran en el manual y el mismo domingo que se enseñan en las reuniones del quórum de élderes y del grupo de sumos sacerdotes.
La presidencia de la Sociedad de Socorro se asegura de que todas las mujeres del barrio de 18 años de edad en adelante reciban un ejemplar del manual de la Sociedad de Socorro para su estudio personal, independientemente de si estos miembros están en condiciones de asistir a las reuniones dominicales de la Sociedad de Socorro. Las líderes animan a aquellas que asisten a que lleven consigo sus ejemplares del manual y, donde sea posible, sus ejemplares personales de las Escrituras.

Cuarto domingo

El cuarto domingo, una integrante de la presidencia de la Sociedad de Socorro o una maestra de la Sociedad de Socorro enseña la lección. La maestra utiliza mensajes de la conferencia general más reciente. El presidente de estaca o el obispo selecciona los mensajes.

Quinto domingo

El quinto domingo, el obispo determina el tema que se ha de enseñar, el instructor (por lo general un miembro del barrio o de la estaca) y si las hermanas de la Sociedad de Socorro y los poseedores del Sacerdocio de Melquisedec se han de reunir por separado o juntos

Reuniones adicionales de la Sociedad de Socorro

A fin de complementar la instrucción de las reuniones dominicales, las hermanas de la Sociedad de Socorro pueden participar en reuniones adicionales. Entre ellas se podría incluir servicio, clases, proyectos, conferencias y talleres. En estas reuniones, las hermanas aprenden y llevan a cabo las responsabilidades caritativas y prácticas de la Sociedad de Socorro. Aprenden y ponen en práctica habilidades que las ayudarán a aumentar su fe y su rectitud personal, fortalecer a sus familias y hacer de sus hogares centros de fortaleza espiritual, y ayudar a los necesitados. Aprenden y ponen en práctica los principios de la vida providente y la autosuficiencia espiritual y temporal. También aumentan su hermandad y unidad al enseñarse unas a otras y al servir juntas.
A todas las hermanas de la Sociedad de Socorro, incluso aquellas que sirven en las Mujeres Jóvenes y en la Primaria y las que no participan activamente en la Iglesia, se les invita a asistir. Las hermanas también pueden invitar a sus amigas de otras creencias.
No se debe hacer sentir a las hermanas que la asistencia a estas reuniones es obligatoria.
La presidenta de la Sociedad de Socorro supervisa todas las reuniones de la Sociedad de Socorro. Como parte de esta responsabilidad, con regularidad delibera en consejo con el obispo en cuanto a la manera en que las reuniones pueden contribuir a satisfacer las necesidades de las personas y de las familias del barrio.
Aunque la presidenta de la Sociedad de Socorro supervisa las reuniones, no tiene que asistir a todas ellas. No obstante, por lo menos una integrante de la presidencia de la Sociedad de Socorro debe asistir a cada reunión.

Frecuencia y ubicación de las reuniones

La presidencia de la Sociedad de Socorro considera en oración la frecuencia con la que deben llevar a cabo reuniones adicionales de la Sociedad de Socorro, así como dónde deben efectuarlas. Una vez que tomen una decisión, la presidenta de la Sociedad de Socorro solicita la aprobación del obispo.
Estas reuniones por lo general se llevan a cabo en días que no sean domingo o lunes por la tarde. Generalmente se efectúan una vez al mes, aunque la presidencia de la Sociedad de Socorro puede recomendar que se realicen con más o con menos frecuencia. Se debe hacer lo posible por reunirse por lo menos una vez cada trimestre.
Al determinar la frecuencia, la ubicación y la duración de las reuniones adicionales, el obispo y la presidencia de la Sociedad de Socorro tienen en cuenta las obligaciones de tiempo de las hermanas, las circunstancias familiares, la distancia y el costo del transporte, el costo económico para el barrio, la seguridad y otras circunstancias locales.

Planeamiento de las reuniones



Las líderes de la Sociedad de Socorro deliberan en consejo en espíritu de oración en cuanto a los temas que fortalecerán a las hermanas y a sus familias, y en cuanto a las mejores maneras de enseñar dichos temas.
La presidenta de la Sociedad de Socorro se asegura de que el obispo apruebe los planes de todas las reuniones de la Sociedad de Socorro. También se asegura de que todos los planes estén en conformidad con las pautas del capítulo 13.
Aunque la presidenta de la Sociedad de Socorro supervisa estas reuniones, puede pedirle a su primera o segunda consejera que asuma la responsabilidad de planearlas y de llevarlas a la práctica. También puede recomendar que se llame a otra hermana como coordinadora de reuniones de la Sociedad de Socorro para cumplir con esta responsabilidad (véase 9.2.5).
Las reuniones pueden centrarse en un tema o dividirse en más de una clase o actividad. Por lo general, las maestras deben ser miembros del barrio o de la estaca. Cada año, una reunión puede conmemorar la fundación de la Sociedad de Socorro y centrarse en su historia y sus propósitos.
Al planear estas reuniones, las líderes de la Sociedad de Socorro prestan especial atención a temas que el obispo les haya pedido tratar para contribuir a satisfacer las necesidades locales. Las líderes también dan prioridad a los siguientes temas:
Matrimonio y familia: prepararse para el matrimonio y la familia, fortalecer los matrimonios, maternidad, educación temprana de los hijos pequeños, preparar a los jóvenes para futuras responsabilidades, fomentar la realización de la noche de hogar y prepararse para ella, y fortalecer la relación con los familiares.
Economía doméstica: aprender y mejorar habilidades para el cuidado del hogar y de la familia, tales como limpiar, organizar, embellecer el hogar, cocinar y coser.
Autosuficiencia y vida providente: finanzas (elaborar presupuestos, saldar deudas y aptitudes laborales); educación y alfabetización (estudiar las Escrituras y aprender el Evangelio, enseñar a otros a leer, dar clases a niños y jóvenes, elegir literatura infantil, utilizar computadoras y otra tecnología, y desarrollar conciencia cultural); salud (salud física, buena condición física, prevención y restablecimiento de adicciones, salud social y emocional, y prevención de enfermedades); jardinería y horticultura, producción y almacenamiento de alimentos; y preparación para emergencias.
Servicio caritativo: cuidado de enfermos, ancianos, personas confinadas en el hogar, discapacitados, pobres y necesitados; apoyo a madres que acaban de dar a luz y a sus bebés; y ayuda humanitaria y a la comunidad.
Templo e historia familiar: recabar y preservar datos de historia familiar, escribir historias familiares, preparación para el templo y hacer la obra del templo.
Compartir el Evangelio: labores misionales de los miembros, hermanar a miembros nuevos y menos activos, amistar a vecinos, activación y retención, recibir a nuevas hermanas en la Sociedad de Socorro, y prepararse para servir en misiones de tiempo completo.

Clase para niños

Se puede llevar a cabo una clase para niños a fin de que las madres de niños pequeños asistan a las reuniones que no se realizan en domingo. Con la aprobación del obispado, la presidencia de la Sociedad de Socorro pide a hermanas de la Sociedad de Socorro o a otros miembros del barrio que supervisen y enseñen esta clase. Si las hermanas de la Sociedad de Socorro enseñan la clase, la presidencia de la Sociedad de Socorro alterna esta responsabilidad para que todas las hermanas puedan tener la oportunidad de asistir a las reuniones. Si los hombres enseñan esta clase, la presidencia de la Sociedad de Socorro sigue las pautas establecidas en 11.8.1.
Los maestros de la clase para niños planean actividades de acuerdo con la edad de los niños, las cuales les enseñen acerca del Padre Celestial y de Jesucristo. Pueden utilizar manuales y otros materiales de la Primaria para enseñar a los niños.

Si en la clase para niños se diera comida, los líderes consultan primeramente con los padres de cada niño sobre posibles restricciones dietéticas debido a afecciones como diabetes o alergias.

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